Inspectores Fiscales sin Fronteras ayuda a los países en desarrollo a impulsar la movilización de recursos internos y mantiene sus puertas abiertas pese a las dificultades que plantea el COVID-19
por Rusudan Kemularia, Jefa de la Secretaria de IFSF (lea su biografía)
30 de septiembre de 2020
Inspectores Fiscales sin Fronteras (IFSF) se creó en julio de 2015 con el objetivo de reforzar la capacidad de los países en desarrollo para llevar a cabo auditorías y fomentar el cumplimiento de las empresas multinacionales a nivel mundial. Cinco años después, esta iniciativa conjunta de la OCDE y el PNUD es más importante que nunca, debido al estrechamiento del margen de maniobra presupuestaria provocado por la pandemia. Para mí, es un profundo honor haber sido nombrada jefa de la Secretaría de IFSF y, antes de nada, me gustaría rendir homenaje a mi predecesor, James Karanja, y a todo el equipo de IFSF, cuyo trabajo contribuyó de forma decisiva al éxito inicial de esta iniciativa.
Hasta la fecha, Inspectores Fiscales sin Fronteras ha ayudado a recaudar más de 500 millones de dólares estadounidenses en tributos.Nuestro último informe anual muestra cómo los programas de IFSF generan un importante retorno de la inversión: por cada dólar invertido en sufragar los gastos de funcionamiento de IFSF, los países participantes han conseguido recaudar 70 dólares estadounidenses adicionales en impuestos.
Aunque la crisis provocada por el COVID-19 plantea muchos retos a los países en desarrollo, me complace observar cómo la demanda de los programas de IFSF aumenta, señal inequívoca de que el cumplimiento de las obligaciones fiscales por parte de las empresas multinacionales sigue siendo una prioridad máxima para los países en desarrollo. Ahora, más que nunca, la cooperación internacional será crucial para responder a estas necesidades y garantizar unas condiciones equitativas.
No dudo de que Inspectores Fiscales sin Fronteras desempeñará un papel primordial en este aspecto, ayudando a los países a desarrollar su capacidad de inspección en casos reales, así como a movilizar sus recursos internos para alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible (ODS).
Desde la época en que fui viceministra de Finanzas de Georgia, soy consciente de la importancia que tiene recibir ayuda práctica y obtener resultados rápidos que infundan confianza para abordar las complejidades de la tributación internacional. Por ello, creo firmemente en el cometido de Inspectores Fiscales sin Fronteras y en sus aspiraciones para el futuro.
Pese a las dificultades que plantea la situación generada por el COVID-19, desarrollaremos íntegramente los programas de IFSF y extenderemos nuestra actividad por todo el planeta más allá de 2020, gracias, sobre todo, a la ayuda que nos brindan nuestros donantes y las administraciones socias, quienes proporcionan a nuestros expertos. En cuanto al futuro, nuestro objetivo es ampliar la iniciativa a nuevos ámbitos, algunos tan interesantes como las investigaciones de delitos fiscales, el uso efectivo de la información obtenida a través del mecanismo del intercambio automático y la ayuda en la negociación de convenios tributarios. Espero que la iniciativa sea ágil y responda a las necesidades cambiantes de cada momento, además de servir para potenciar al máximo la igualdad de género.
Me gustaría poner en práctica mis conocimientos y experiencia profesional para apoyar la iniciativa IFSF y ayudar a los países a luchar contra la evasión y la elusión fiscales, de manera que juntos podamos salir fortalecidos de esta crisis.
► Más información sobre IFSF en el Informe anual publicado (en inglés) el 28 de septiembre de 2020.