Inspectores Fiscales sin Fronteras apoya los avances tecnológicos en las administraciones tributarias

 

por Dra. Amna Khalifa - Gerente de proyecto, Secretaría IFSF
2 de mayo de 2022

 

La crisis del COVID-19 está poniendo de relieve nuestra vulnerabilidad colectiva, lo que supone que un eslabón débil pone en peligro la salud física y económica de todos. Por lo tanto, todos los países tienen un interés directo en erradicar el virus y reconstruir la economía en todo el mundo, como una necesidad general. La movilización de recursos internos, y la tributación en particular, seguirán siendo la única fuente de financiación viable a largo plazo, no solo para fortalecer los distintos sistemas de salud, sino también para garantizar la prestación de todos los servicios públicos y favorecer la inversión y la reconstrucción económica. Teniendo en cuenta que el margen de maniobra fiscal es muy reducido y que el servicio de la deuda limita la capacidad de los gobiernos para recaudar y gastar los preciados ingresos fiscales, la labor de crear sistemas tributarios eficaces en los países en desarrollo nunca ha sido tan importante y debe seguir siendo objeto de una atención especial. A nivel interno, esto significa que muchos países tendrán que esforzarse por aumentar su coeficiente entre ingresos tributarios y el PIB. Por ejemplo, el coeficiente de África entre ingresos tributarios y el PIB se mantiene en un promedio del 16,6 %, una cifra que resulta baja en comparación con el promedio del 33,8 % en los países de la OCDE (OCDE/ATAF/CUA, 2021[1]). Ello se traduce en que habrá que adoptar medidas de «formalización» de la economía —facilitando la transición de un número cada vez mayor de personas hacia los sistemas impositivo y de cotización a la seguridad social—, ampliar la aplicación de impuestos sobre la propiedad y las emisiones de carbono y optimizar los tipos aplicables en el marco del impuesto sobre las rentas de las personas físicas, especialmente a los contribuyentes con mayor patrimonio y riqueza. Estas herramientas están infrautilizadas en muchos países, y ampliarán la base impositiva, que requieren los gobiernos para restablecer el contrato social y fiscal con sus ciudadanos.

 

La crisis actual brinda igualmente la oportunidad de evaluar qué modificaciones han de introducirse a nivel de la administración tributaria. Las ventajas que se pueden derivar de la utilización de tecnologías digitales para la recaudación de impuestos en la eficacia general de los sistemas tributarios y en el aumento de la recaudación tributaria suscitan el interrogante de cómo se puede impulsar el aprendizaje entre países. Los datos procedentes incluso de los países con menor capacidad (por ejemplo, Liberia) sugieren que las inversiones en capacidad digital en la administración tributaria pueden ser un punto de inflexión[2].

 

Hemos visto que el tiempo de respuesta de los países para hacer frente a los retos derivados de la pandemia dependió en gran medida de sus avances en el uso de la tecnología. Las administraciones tributarias más avanzadas desde el punto de vista tecnológico fueron capaces de gestionar mejor el trabajo a distancia, de sustituir la comunicación presencial y en papel por medios virtuales o digitales y de facilitar el cumplimiento de las obligaciones fiscales.

 

Además, el panorama fiscal se verá aún más afectado por la rápida expansión del comercio electrónico, ya que las herramientas digitales y los avances tecnológicos siguen siendo aspectos clave de nuestras vidas. Un mayor uso de los pagos sin efectivo, a través de teléfonos móviles y otros dispositivos, de los registros de caja electrónicos, de los mercados en línea y de otras fuentes digitales dará lugar a un aumento de los macrodatos. Estos datos deben tratarse y analizarse utilizando la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, a fin de permitir la comprobación cruzada de la información y la gestión de los riesgos de cumplimiento. Como consecuencia, las administraciones tributarias deberán transformar sus modelos operativos y acelerar su proceso de digitalización para encontrar formas más eficientes y eficaces de aumentar los ingresos, mejorar la transparencia, promover reformas fiscales favorables y sostenibles y lograr ser resilientes a futuras perturbaciones.

 

Sin embargo, el proceso de digitalización conlleva algunos retos y complejidades para los países, que tendrán que establecer planes de transformación estratégica, gestionar los cambios para adoptar la nueva forma de trabajar y de colaborar con los contribuyentes, adaptarse a las nuevas tecnologías y contar con recursos suficientes. La complejidad de las cuestiones relacionadas con la digitalización de las administraciones tributarias y de las capacidades pertinentes necesarias requiere un asesoramiento y una orientación más completos, que normalmente se proporcionan mejor a través de la colaboración entre pares. La cooperación y las interacciones estrechas entre las administraciones tributarias para compartir sus experiencias son fundamentales para lograr buenos resultados digitales. A medida que aumente el número de administraciones tributarias inmersas en procesos de digitalización, también será necesario establecer un mayor número de alianzas e interacciones. Aunque las administraciones tributarias deben hacer frente a los retos de la digitalización en función de sus propias necesidades, aprender de la experiencia de otras administraciones puede contribuir significativamente a su proceso individual.

Inspectores Fiscales sin Fronteras (IFSF) es una iniciativa conjunta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que ha recorrido un largo camino desde su puesta en marcha en 2015 para ayudar a los países en desarrollo a movilizar recursos internos para financiar el desarrollo. Sobre la base de los logros de la iniciativa, nadie duda que el enfoque práctico y especializado de IFSF puede aplicarse con éxito a muchos temas fiscales.

 

IFSF ofrece un marco consolidado que ha demostrado su validez para proporcionar apoyo confidencial entre pares a personal directivo superior de las administraciones tributarias de los países en desarrollo, sobre los retos estratégicos a los que tendrán que hacer frente cuando que se embarquen en sus procesos de digitalización. El apoyo se centrará en proporcionar asesoramiento sobre decisiones clave, estrategias de digitalización o la ejecución de proyectos de digitalización. Gracias a ello, los países evitarán resultados que no sean sostenibles, cuyo logro conlleve contratiempos y retrasos o que no ofrezcan una buena relación calidad-precio. Entre los posibles ámbitos cabe citar las cuestiones estratégicas y de gobernanza de alto nivel, la gestión general de los cambios y la gestión de proyectos, así como el apoyo práctico para llevar a cabo proyectos específicos, como se muestra en el gráfico que figura a continuación.

Digitalización sostenible 

Fuente: Secretaría del FAT

Este apoyo encaja perfectamente con los demás ámbitos de la asistencia de IFSF, entre los que se incluyen las auditorías fiscales, el uso eficaz del intercambio automático de información y las investigaciones de delitos fiscales. La digitalización ayudará a las administraciones tributarias a mejorar la recopilación de datos y su interpretación, en particular por lo que respecta a los datos recibidos mediante el intercambio automático de información, lo que dará lugar a evaluaciones de riesgos más eficaces para detectar los delitos fiscales y seleccionar auditorías de los precios de transferencia.

 

El apoyo de IFSF a las administraciones tributarias en materia de digitalización complementará las iniciativas apoyadas por otros asociados para el desarrollo, como el Grupo Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Dado que las agencias internacionales de desarrollo dan prioridad a su apoyo a los países socios para la digitalización de las administraciones tributarias, deben reconocer que el impacto es mayor cuando la asistencia oficial para el desarrollo se coordina, armoniza y se basa en ventajas comparativas.

 

Los próximos pasos de IFSF se centrarán en la ejecución de programas piloto. Esto conllevará determinar los países en desarrollo que necesitan apoyo, relacionarlos con las administraciones tributarias que tengan la experiencia pertinente y acordar los ámbitos y tipos de asistencia que ha de prestarse; concertar los términos de referencia con respecto a la confidencialidad, los límites relacionados con la adopción de decisiones y la exención de responsabilidad por los resultados; y desarrollar un plan de trabajo que establezca objetivos claros. Es probable que estos programas piloto se conviertan en programas oficiales y contribuyan al objetivo más amplio de IFSF de crear capacidades y reforzar las administraciones tributarias.


[1] OECD/ATAF/AUC (2021), Revenue Statistics in Africa 2021, OECD Publishing, Paris, https://www.oecd.org/ctp/revenue-statistics-in-africa-2617653x.htm

[2] OECD (2020) Tax and Fiscal Policy in Response to the Coronavirus Crisis, OECD Publishing, Paris, https://www.oecd.org/coronavirus/policy-responses/tax-and-fiscal-policy-in-response-to-the-coronavirus-crisis-strengthening-confidence-and-resilience-60f640a8/

 

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